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El Canal de La Viga: Historia y Transformación de una Vía Fluvial Mexicana

El Canal de La Viga, también conocido en ciertos tramos como la Acequia Real y el Canal Nacional, fue una de las principales vías fluviales que conectaba la Ciudad de México con los pueblos productores del sur. Desde tiempos prehispánicos hasta el siglo XX, este canal fue fundamental para el comercio, el transporte y la vida cotidiana de los habitantes del Valle de México. A lo largo de su historia, fue testigo de la transformación de la ciudad, hasta convertirse en la calzada que hoy conocemos.
canal de la viga
 
La Ruta del Canal de La Viga
Según los registros de 1877, el Canal de La Viga iniciaba en la población de Chalco, pasaba por Xico y atravesaba el dique de Tláhuac, dividiendo los lagos de Chalco y Xochimilco. Luego, se conectaba con la acequia que cruzaba los pueblos de Culhuacán, Mexicalzingo, Iztacalco y Santa Anita, y finalmente ingresaba a la Ciudad de México por la garita de La Viga, llegando hasta las calles de Roldán en La Merced.
 
Esta vía fue utilizada por los xochimilcas para transportar los productos agrícolas que cultivaban en las chinampas, aprovechando la conexión fluvial para distribuir mercancías hacia los mercados de la ciudad. Los embarcaderos, como el del barrio de San Diego, servían como puntos de intercambio, donde los campesinos cargaban sus canoas y emprendían el viaje hacia la urbe.
 
Importancia Histórica del Canal de La Viga
Desde su construcción en tiempos novohispanos, el Canal de La Viga se destacó como una vía lacustre esencial para el comercio y el transporte de productos. Esta acequia no solo facilitaba la navegación de pequeñas embarcaciones, sino que también cumplía una función recreativa, ya que las familias paseaban por sus aguas en coloridas trajineras.
 
El canal conectaba diversos puntos importantes, desde el sur del altépetl mexica, pasando por la Acequia de la Merced, hasta llegar a la Acequia Real, muy cerca del Templo Mayor. Con el crecimiento de la Ciudad de México y el aumento de la demanda comercial, el canal desempeñó un papel clave en el abastecimiento de la ciudad hasta bien entrado el siglo XX.
 
La Desaparición del Canal de La Viga
El siglo XX marcó el principio del fin para el Canal de La Viga. Entre 1921 y 1940, el crecimiento urbano y la llegada de nuevas tecnologías de transporte, como el tren, hicieron que las embarcaciones fluviales perdieran relevancia. A medida que aumentaba la población y se construían casas y negocios, surgió la necesidad de transformar esta vía fluvial en una ruta terrestre.
 
La creciente demanda de agua también tuvo un impacto negativo en el canal. Las autoridades comenzaron a entubar los manantiales y ríos del Valle de México, lo que redujo los niveles de agua en los canales. Al secarse, el Canal de La Viga se convirtió en un vertedero de basura y tóxicos, hasta que fue declarado un riesgo para la salud pública.
 
En 1940, se inició el proceso de rellenado del canal y, para 1957, fue pavimentado, convirtiéndose en la actual Calzada de La Viga, un importante eje vial de la Ciudad de México que aún sigue el antiguo trazo del canal.
 
Reflexión Final
El Canal de La Viga, conocido en su apogeo como la “Viena Mexicana”, fue un símbolo de una era donde el agua era la arteria vital de la Ciudad de México. Aunque ya no existe en su forma original, su legado sigue vivo en la memoria histórica de la ciudad y en la arquitectura de la calzada que lleva su nombre. A lo largo de los siglos, este canal fue testigo de la evolución de México, desde sus raíces indígenas, pasando por la época colonial y hasta la modernización del siglo XX.
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